El cobro de un cheque tiene como objeto
recuperar los créditos que se han constituido en mora (créditos atrasados) dentro de los sesenta días siguientes al día en que el deudor ha caído en mora.
El fin de la cobranza del cheque en la etapa prejudicial es evitar
que el deudor se vuelva incapaz de pagar la deuda, lo cual obligaría a iniciar un proceso judicial con todos los costos y tiempos que los procesos judiciales implican.
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