La apelación es consecuencia del principio de la doble instancia, que permite que las
resoluciones de los jueces de primera instancia puedan ser examinadas a solicitud de las partes por los tribunales superiores.
El recurso de apelación es el medio que permite a los litigantes llevar ante el
tribunal de segundo grado una resolución estimada injusta o imprecisa, para que la modifique o revoque, según sea el caso. Constituye un derecho, cuya renuncia está permitida siempre y cuando se
realice antes del fallo, por convenio entre las partes, o después de aquél, dejando transcurrir el término para la interposición del recurso o desistiendo del que se hubiere
interpuesto.
El principio, admitido en nuestro Derecho, del doble grado de jurisdicción, consiste en
lo siguiente:
Todo juicio, salvo en los casos expresamente exceptuados por la ley, puede ser del
conocimiento pleno de dos tribunales, esto con la intención de garantizar a la corrección de posibles errores cometidos por el Juez de primera Instancia.
Mediante la apelación, la sentencia emitida por el Juez de primera instancia es puesta
a consideración de un Tribunal Superior que examina la causa bajo todos los aspectos que pudieran ser objeto de examen por parte del primero.
La apelación tiene dos efectos:
1. Efecto suspensivo
2. Efecto
devolutivo
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