Entre los retos que se podrían afrontar al aplicar la reforma judicial están:
1. Resistencia al cambio: La implementación de reformas estructurales puede enfrentar resistencia de actores con intereses arraigados en el sistema vigente.
2. Recursos limitados: La falta de recursos financieros y humanos podría dificultar la implantación efectiva de las medidas propuestas.
3. Complejidad normativa: La reforma legal puede implicar cambios complejos en un entramado normativo extenso, lo que requerirá una labor minuciosa de armonización y actualización.
4. Presiones externas: La influencia de grupos de interés o intereses políticos puede representar un desafío para la independencia del proceso de reforma judicial.
Para superar estos desafíos, será crucial contar con un enfoque integral, participativo y gradual en la implementación de la reforma, asegurando la sinergia entre todos los actores involucrados y el compromiso con los principios de transparencia, legalidad e independencia judicial.
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